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¿Sabes cuántos tipos de hachís en España puedes encontrar? ¡Más de los que imaginas! Si eres de los que buscan alternativa a la marihuana, seguro que has oído hablar de este derivado.
Es más, puedes escoger entre muchísimos tipos de hachís, todos ellos perfectos para incluir en tus cigarrillos liados o en tus conos.
Los conos Brown 1 1/4, los conos Brown King Size x3 o el cono Brown Giga Size, ¡ideales para una mezcla de tabaco con hachís a tu estilo! Pero antes tienes que escoger el tipo que más encaje contigo.
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Antes de repasar los diferentes tipos de hachís en España que puedes encontrar, lo lógico es saber de qué estamos hablando, así que vamos a ello:
El hachís es una forma concentrada de cannabis. Se le conoce también como hash y deriva del kief, que es un conjunto de tricomas de cannabis sueltos, también conocido como resina.
Esta resina se forma en los cogollos de las plantas y la concentración de tetrahidrocannabinol (THC) puede cuadruplicar la del cannabis no concentrado.
¿Tipos de hachís? ¡Para todos los gustos! Como imaginarás, cada uno con sus peculiaridades. Vamos a ver los más conocidos:
Uno de los más famosos (y también de los más intensos). Viene de Afganistán y se extrae de los tricomas de los cogollos secos.
Luego se calienta con agua o té y se amasa de forma artesanal, hasta que consigue una textura tipo caramelo y un color oscuro.
Este hachís de la India es bastante distinto a los demás, porque se obtiene de marihuana fresca, es decir, de los cogollos recién cogidos. Es un hachís suave, cremoso y de color castaño.
El hachís de Cachemira basa su atractivo en parte por lo enigmático que es. ¡Se sabe muy poco de esta variedad!
Sí que está confirmado que viene de la zona septentrional de la India y se cree que se elabora de una forma artesanal muy similar a los charas. Su sabor es más especiado, incluso algo picante y mucho más intenso.
Si tienes ante ti un hachís así como rojizo o amarillo, probablemente venga del Líbano. Se obtiene de plantas que se secan en campos abiertos antes de la cosecha. Luego se prensan los cogollos y queda un hachís grueso y quebradizo.
Una de las variantes de hachís más tradicionales y populares en todo el mundo. De hecho, incluso encontramos distintas variedades según la madurez de la planta y el tiempo que se haya secado.
El hachís marroquí es duro y quebradizo, mientras que el polen es mucho más blando, pero en ambos casos cuentan con un aroma intenso sin llegar a ser especiado.
Se obtiene separando tricomas y materia vegetal con agua, hielo y movimiento. Es un proceso asociado a las buenas vibraciones.
Es un hachís muy fácil de desmenuzar y cristalizado, con toques muy semejantes a los de la miel. También posee un gran aroma y un intensísimo sabor.
Muchísimo más complejo de obtener, pero con unos resultados espectaculares. Este aceite de hachís suele ser considerado de mayor calidad y puede personalizarse tanto en el acabado, que incluso ya hay variedades oficiales de BHO muy distintas entre sí.
Si una tarde quieres animar el tema, plantea en grupo la diferencia entre hachís y chocolate. Verás cómo hay opiniones contrapuestas. ¿Hay diferencia realmente? ¿Qué les hace distintos a estos conceptos? Bueno, pues vamos a zanjar la cuestión.
En primer lugar, «chocolate» es un nombre popular que se le asocia al hachís. Así que muchas veces estamos hablando de lo mismo.
¿Dónde está la diferencia? Pues en realidad se encuentra al hablar del tipo de resina. Por un lado tenemos el hachís que tiene nombre de polen y, por otro lado, tenemos el chocolate propiamente dicho.