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A la fuente de resina y cannabinoides de una planta de marihuana se le conoce como tricomas, pero ¿cómo son exactamente? Se trata de organismos protistas parecidos a la capa de pelusa o pelo que tienen algunas plantas como los líquenes o las algas.
Los tricomas de la marihuana tienen forma de pequeñas esferas y recubren las hojas, las ramas y los cogollos de la planta del cannabis. Tienen forma similar a la de un hongo pero de un tamaño menor. En caso de que una planta cuente con abundancia de tricomas, la planta puede adquirir un aspecto blanquecino debido a esta capa adicional que se genera.
Aunque a simple vista puedan parecer iguales, existen varios tipos de tricomas dependiendo de su tamaño, forma y función.
Los tricomas cuentan con diferentes funciones indispensables para el buen funcionamiento y estado de la planta de la marihuana. Este recubrimiento peludo y viscoso de resina actúa como barrera protectora y defensiva ante insectos, herbívoros, hongos u otros agentes posiblemente nocivos.
Además, también resultan fundamentales para el desarrollo y crecimiento de la marihuana en condiciones climatológicas no propicias para este tipo de planta. Esta capa de resina hace que la planta quede mucho más protegida ante vientos fuertes u otras adversidades climatológicas. De hecho, actúan incluso como protector solar de la planta, haciendo de capa de protección ante los efectos de los rayos del sol o de las altas temperaturas.
A pesar de que a simple vista los tricomas de la marihuana pueden parecer iguales, existen diferentes tipos. Destacan:
Suelen ser el tricoma más pequeño en cuanto a tamaño. Pueden estar cualquier parte de la superficie de la planta, sin embargo no son fáciles de ver a simple vista debido a su minúsculo tamaño.
Su tamaño es mayor que el de los tricomas bulbosos. De hecho, cuenta con las células suficientes para contar con una cabeza de tricoma y una base pequeña. Tampoco son fáciles de ver.
Se trata de los tricomas más grandes y, por ello, proporcionan la mayor cantidad de resina, de THC y de otros cannabinoides. Pueden llegar a alcanzar una altura de 0,3 milímetros, por lo que los tricomas capitados pedunculados sí pueden ser visto a simple vista. En cuanto a su forma, están compuestos por un tallo, la cabeza de la glándula de la resina (el capitado) y la cabeza en forma de bola, lugar donde se encuentran los cannabinoides y terpenos.
Es importante saber que este tipo de tricomas no son glandulares y, por ello, solo se aprecia una especie de cabello que sobresale de la superficie de la planta, pero sin una cabeza de resina. Sin embargo, son precisamente los tricomas unicelulares simples los que ofrecen una defensa adicional a la planta.
Tampoco son glandulares, por lo que no tienen cabeza de resina. Como consecuencia, los tricomas citolíticos tienen forma de pelos delgados y curvados.
Su tamaño no es tan grande como el de los tricomas capitados pedunculados pero cuentan con uno ancho en torno a los 0,08 milímetros. Cuentan con tejido basal debajo de la cabeza y de las células secretoras que producen los terpenos y los cannabinoides.