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La marihuana puede producir efectos muy diversos. Algunos «simplemente» nos motivan a comer excesivamente como pasa con los munchies, pero hay otros menos placenteros y que debemos evitar a toda cosa, como la pálida.
Cuando nos referimos a una pálida, estamos hablando de una transformación del estado físico a valores negativos. Se le llama también «jamacuco» o «un amarillo», entre otros nombres.
Se trata de una situación en la que el consumidor comienza a encontrarse mal, cada vez con más síntomas de un nivel de tensión en aumento.
Las causas de una pálida pueden ser muy variadas y, de hecho, a menudo se combinan entre sí para crear el malestar físico que hemos descrito.
Muchas veces está relacionado con un bajón de tensión o de azúcar que se produce de una forma brusca. Este proceso es consecuencia del consumo de cannabis en unas condiciones adversas, como el hecho de no haber comido nada desde hace mucho tiempo o tener poca tolerancia a la sustancia.
El reposo suele ser suficiente para que la persona vaya mejorando progresivamente. Sentarse o tumbarse en posición horizontal con las piernas levantadas es un consejo muy útil en la mayoría de los casos.
Se recomienda también airear el ambiente y propiciar una atmósfera tranquila, con el fin de reducir los síntomas relacionados con el mareo y las náuseas.
Si está relacionado con un bajón de azúcar, tomar un zumo o una bebida azucarada puede limitar la evolución de una pálida de forma muy rápida. Si se trata de un bajón de tensión, puede ser suficiente con una bebida isotónica, frutos secos o algún alimento salado.
No obstante, siempre se recomienda beber y comer en muy pocas cantidades cuando se están sufriendo los efectos de una pálida.
Además, es importante conocer las situaciones en que más probabilidad hay de sufrir esta situación, precisamente para evitarlas todo lo posible:
Los síntomas de la pálida pueden ser muy diferentes en cada persona. Además, pueden afectar no solamente de forma física, sino también a nivel psicológico.
Normalmente una pálida se presenta con sudoración fría, escalofríos, pulso acelerado y sentimiento de náuseas.
Si se prolonga este estado, la sensación de mareo va en aumento e incluso la persona puede desmayarse o, como mínimo, sentir una gran debilidad y pesadez corporal.
En cuanto a su comportamiento, es posible que sufra episodios de ansiedad, paranoia, miedo e incluso disociación con la realidad.
Los efectos o síntomas pueden aparecer muy rápidamente, pero también es posible contrarrestarlos de forma efectiva en poco tiempo con los consejos que te hemos dado. Que la persona esté tumbada, tranquila y que coma o beba de forma moderada los productos indicados ayudará a que se recupere enseguida.