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El filtro para fumar weed o tabaco es uno de los elementos más importantes a la hora de liar tu cigarrillo o porro perfecto. ¡Pero muchas veces no contamos con él!
Si no tienes a mano ninguno, te enseñamos cómo hacer filtro para fumar de forma sencilla y efectiva.
Por descontado, lo ideal es contar con suficiente cantidad de filtros para que no te encuentres en esta situación. ¿La solución? Escoge entre la amplia variedad de filtros para fumar que tenemos en Smoking Paper y ya no tendrás que preocuparte de ello.
Ahora bien, si quieres aprender a hacer un filtro para fumar en interiores con lo que tengas a mano, sigue las siguientes instrucciones.
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Empecemos con lo esencial, es decir, saber de qué estamos hablando. Cuando nos referimos al filtro para fumar nos referimos a ese elemento que está en la parte posterior del cigarrillo, de un material normalmente más duro y esponjoso que el papel y que, en primera instancia, está fabricado con el fin de filtrar partículas tóxicas del humo.
Por necesidad o porque te apetece hacer un poco de manualidades, quieres hacer un filtro para fumar casero. Si es así, entonces sigue los siguientes pasos para que te salga bien:
Puedes hacer un filtro para fumar con muchas materias primas. Lo ideal es que elijas un cartón, ahora bien, tienes a tu disposición todo tipo de cartones, con gramajes distintos. Te recomendamos una pieza no demasiado gruesa, suficientemente moldeable y que no esté coloreada.
Si no compras filtros ya preparados de antemano, tienes que cortar la cantidad de cartón apropiada para tu cigarrillo. Fíjate que la anchura sea parecida a la de un filtro convencional; sin embargo, la largura debe ser superior. Esto se debe a que hay que enrollar el cartón sobre sí mismo para que tenga las dimensiones apropiadas.
¿Sabías que existen diferentes formas de filtros para fumar? Son ya iconos clásicos de los fumadores, sobre todo los modelos más avanzados. El normal o básico consiste en coger un filtro y doblarlo como un acordeón al final. Coge su extremo, hazlo rodar con los dedos y forma un cilindro. Verás que la forma que se ha quedado en su interior se asemeja a una W.
También puedes conseguir sin mucha dificultad la forma de un corazón. Tienes que coger el filtro, doblar una pequeña parte en su extremo y con una herramienta enrollar el cartón por los dos lados. Así conseguirás que tenga una forma de corazón.
¡Y hay muchas más variantes! La estrella, el mercedes, la espiral o la hoja de marihuana son algunas de las más conocidas.
Ya tienes el filtro preparado, así que solamente tienes que colocarlo con cuidado y ajustado al papel, para que así funcione a la perfección. Cuando lo tengas puesto, ya puedes encender el cigarrillo y darle caladas a través del filtro de cartón que has creado por tu cuenta.
Usar el filtro para fumar es mucho más aconsejable que hacerlo sin él. Es cierto que para muchos fumadores es una cuestión de preferencia personal, pero si nos fijamos en las ventajas, gana la opción «con filtro» por mucho.
Para empezar, porque un filtro consigue darle estabilidad al cigarro entero. No se deforma tan fácilmente como si no tuvieras filtro. Si lo compartes con más gente, es todavía más importante que consiga mantener su estructura lo más fija posible.
El filtro de cartón también facilita un óptimo flujo del aire, lo que significa que no tienes que hacer tanta fuerza en cada calada.
Por último, un filtro para fumar te proporciona un espacio de sujeción. No parece importante, hasta que caes en la cuenta de que así puedes fumar más contenido, sin tener que quemarte los dedos en las últimas caladas y sin desperdiciar nada.