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El THC es un componente clave del cannabis. Diversos estudios se han sucedido con el fin de identificar tanto sus ventajas como sus desventajas y, sobre todo, su utilidad práctica.
¡Nosotros también lo analizamos! Te contamos en qué consiste este elemento y qué efectos puede producir en el cuerpo humano.
THC es su denominación más conocida (y también la más fácil de decir), pero oficialmente se trata de tetrahidrocannabinol, aunque también se le llama delta-9-tetrahidrocannabinol o dronabinol, esta última como la denominación común internacional.
Se trata del compuesto psicoactivo principal de las plantas de cannabis. En otras palabras, es la sustancia responsable de los efectos que produce la marihuana.
Para obtenerla se extrae de sus hojas y cogollos secos, sin embargo, la cantidad de THC en cada una de ellas es muy diferentes. Las hojas de marihuana pueden contener del 3% al 6%, mientras que los cogollos concentran hasta un 14% de THC.
Antes de entrar en sus propiedades, conviene hacer un breve repaso de historia. La sustancia se aisló por primera vez en el año 1964, por Habib Edery, Yechiel Gaoni y Raphael Mechoulam en el Instituto Weizmann de Ciencias, en Rejovot, Israel.
Sabemos de él que es poco soluble en agua, que, sin embargo, se disuelve fácilmente en otras sustancias y que al calentarlo es viscoso y pegajoso, mientras que a bajas temperaturas es sólido vítreo.
¡Pero su existencia es todo un misterio! Es decir, que no sabemos realmente para qué está presente en la planta. La Naturaleza siempre otorga una función a cada componente de un ser vivo. ¿Cuál es la del THC? De momento se cree que forma parte de su sistema defensivo y que le protege de la radiación UV, pero sigue siendo una incógnita en realidad.
Lo que diversos estudios han podido confirmar son las propiedades que presenta el Tetrahidrocannabinol, tanto favorables como no tan buenas.
Se ha descubierto que el THC es un poderoso aliado para eliminar la sensación de dolor recurrente ocasionada por diversas enfermedades. Produce analgesia de dolor crónico, principalmente de tipo neurogénico.
También es útil para reducir los sentimientos de náuseas que se desarrollan a raíz de otros tratamientos muy agresivos.
Ofrece un efecto estimulante del apetito, una propiedad que ha demostrado ser de gran utilidad con pacientes que tienen problemas relacionados por el desarrollo de alguna enfermedad o por padecer anorexia y anorexia nerviosa.
El THC puede incluso reducir movimientos involuntarios del cuerpo y de la cara, que algunos pacientes desarrollan y no pueden frenar con tratamientos tradicionales.
Vemos con todas estas propiedades que el Tetrahidrocannabinol es capaz también de ofrecernos medidas de protección frente a factores externos, de una forma similar a como lo hace con la planta de cannabis.
Sin embargo, sus efectos también pueden ser negativos, por lo que hay que tener mucho cuidado con su diagnóstico en algunos tratamientos.
Sus principales efectos secundarios son psicológicos y neurológicos. Reduce además la capacidad de concentración, los reflejos o la estabilidad de la postura.
Cabe recordar, además, que los productos con cannabis que están disponibles para su venta en establecimientos especializados deben contener menos del 0,3%, con base en la normativa establecida por la Política Agraria Común de la Unión Europea (UE).